Obvia decir que Segovia es una ciudad turística donde las haya. Cada día, y sobre todo durante los fines de semana, el adoquinado segoviano acoge a cientos de visitantes que vienen a dejarse encandilar y seducir por nuestra capital. Cámara y mapa en mano, los viajeros recorrían ayer los lugares más emblemáticos de la ciudad, admirando su belleza e inmortalizando un día que, a buen seguro, recordarán durante mucho tiempo. Y es que aunque nosotros pasamos continuamente por la plaza del Azoguejo sin apenas reparar en la espectacularidad del Acueducto, ni en la suerte que tenemos de poder admirarlo con apenas salir a la calle, lo cierto es que mucha gente llega a Segovia desde todos los puntos de España para poder ver este monumento milenario, aunque sólo sea unos minutos.
Junto con el Acueducto, el Alcázar y la Catedral son los escenarios más visitados por los turistas, aunque los hay también que van más allá de los monumentos tradicionales y recorren la ciudad mucho más a fondo. Este es el caso de Antonio Martínez y Pepita Álvarez que, aunque vienen desde Madrid una o dos veces al año, aseguran que “siempre quedan cosas por ver; nos falta visitar la Casa de Antonio Machado, el Museo de Segovia…”.
En esta ocasión, la pareja quiso disfrutar de la fiesta que estos días está devolviendo a la capital a sus orígenes romanos y descubrir aspectos desconocidos de esta siempre sorprendente ciudad. “Ayer realizamos una ruta arqueológica en la que se mostraban los restos romanos que se habían encontrado en las diferentes excavaciones”, explicaban. “No teníamos ni idea de que un tramo del Acueducto pasaba por la Plaza Mayor”.
Aún más original es la actividad que propone Diego Sáiz quien, a punto de abandonar las inmediaciones del Alcázar para dirigirse a la iglesia de la Veracruz, es uno de los pocos privilegiados que han sobrevolado la ciudad junto con sus amigos nada más y nada menos que en globo aerostático. Diego afirma que “la experiencia merece la pena” y que “Segovia es preciosa vista desde el aire”.
Elegante, señorial o pintoresca son algunos de los adjetivos con los que los turistas definen nuestra ciudad. Todas las impresiones que Segovia deja en sus visitantes parecen ser mucho más que buenas, y es que resulta difícil no sucumbir al encanto de sus cuestas adoquinadas, de sus calles estrechas y del olor a villa cultural e histórica que impregna cada uno de sus rincones.”Me encantan las casas, cómo esta ubicado todo”, afirmaba Rafael Moya. “Es una ciudad preciosa, es como un cuento”, se maravillaba Agustina “Las vistas que hay en Segovia no se disfrutan en demasiados sitios”, sostenía también Alberto Nuevo
La mayoría destacan de ella su tranquilidad, así como la calidad de vida y las ventajas de las que disfrutan sus habitantes por residir en una capital pequeña y agradable “donde todo te queda a mano y hay muchas zonas peatonales para pasear tranquilamente”, apuntaba Sara Brickman, que vino ayer a pasar el día con sus amigas desde la capital madrileña.
Precisamente para todos los turistas que vienen desde Madrid, que son muchos quizá por la escasa distancia que les separa de Segovia, el tren de alta velocidad que desde hace dos años conecta ambas ciudades se erige como “una buena alternativa para olvidarte del coche”, tal y como afirma Antonio Martínez. Aunque no lo ve nada práctico para los habitantes de la propia ciudad, ya que la estación se encuentra “demasiado lejos del casco”.
Cualquier excusa es buena para visitar Segovia. Agustina y Camilo, por ejemplo, han hecho una parada en su viaje desde Almería a Santander para visitar rápidamente lo más representativo de la capital segoviana. “Vine en 1997 y siempre apetece volver a una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad”, afirma Camilo, quien sostiene también que encuentra la capital “bastante cambiada”.
Maria del Carmen Pérez es una zaragozana que, aprovechando que tenía que venir a una boda en Cuellar, no ha querido dejar pasar la oportunidad de visitar Segovia junto a su hijo. “Ahora nos vamos a callejear por el casco histórico y después a tomar un cochinillo, que los hay baratos y muy buenos”, afirmaba esta maña a los pies de la Catedral. Mientras, un grupo de vecinos de Fuente la Lancha y Pozoblanco, en Córdoba, afirmaban estar “alucinados con el exterior de la Catedral” mientras apresuraban a hacerse las últimas fotografías antes de marcharse al Real Sitio.
Y es que los encantos de Segovia no se limitan a la capital. Los jardines de la Granja, el palacio de Riofrío, la villa medieval de Pedraza, el castillo de Coca, las Hoces del Duratón… “Aunque hemos aprovechado al máximo no nos ha dado tiempo a verlo todo”, apuntaban Alberto Nuevo y Blanca Santander junto a la histórica muralla que cerca el casco histórico de la ciudad. “Esta ciudad tiene muchas cosas, repetiremos”, sentenciaban. Y es que a Segovia hay que volver, pues nunca se sabe qué te puedes encontrar en la próxima visita. ¿Quién les iba a decir a los turistas que ayer iban a encontrarse una ciudad sitiada por los romanos?
Fuente de la noticia: El Adelantado de Segovia,