La candidata Raquel Sanz

Mayo de 2008. Feria Taurina de San Isidro en Madrid. Al concluir el festejo de hoy busco, como todos los días, la salida al exterior de la plaza por el “patio de arrastre”, próximo a mi abono del tendido 1 en Las Ventas. De camino me encuentro con mi buen amigo Ramón Calderón (presidente del Real Madrid). Comento con él los detalles de la corrida de toros que acabamos de presenciar cuando, al momento, diviso la figura espigada de Víctor que destaca por encima de los aficionados que van abandonando sin prisas el coso venteño; levanto mi brazo derecho con la mano extendida para que me vea y se acerque hasta nosotros, que ya estamos en el umbral del portón metálico, justo al lado de la sala del desolladero. Ya me ha visto el torero. Sé que a Víctor Barrio, como gran madridista que es, le será grato conocer y saludar a Calderón, nuestro popular presi blanco, que es, además, un buen aficionado a los toros. Hago las presentaciones correspondientes (“aquí Víctor Barrio, nuestro torero de Segovia…, aquí nuestro presidente RCalderón”) y proseguimos en amena charla por un buen rato. El torero grajerano-sepulvedano nos comenta sus proyectos inmediatos como novillero sin caballos. Luego, al despedirnos, Víctor, dirigiéndose a Calderón, le expresa su deseo: “A ver si ganamos la Liga como la temporada pasada, don Ramón …”; a lo que responde el presidente del mejor Club del mundo: “Ojalá que así sea, Víctor”. Finalmente, el bueno de Víctor, se vuelve hacia mí, y me dice sonriente: “Bueno, Jose Luis, voy ver si encuentro a mi novia, que la he perdido… venía con unos compañeros suyos de TeleMadrid… Ah, sí, ya la veo por ahí”.

Aquella fue la primera vez que tuve conocimiento de la existencia de Raquel Sanz, por aquel entonces una jovencísima periodista recién licenciada, nacida en Sepúlveda, la muy noble y bellísima villa medieval de las Fueros y de las 7 puertas de la que el gran poeta español Antonio Machado escribió: “Tiene el pueblo siete llaves / para siete puertas . / Son siete puertas al campo, / las siete abiertas”.

No he conocido mejor embajadora de su localidad que Raquel Sanz, y es que sus amores fueron siempre tres: Víctor (con el que contrajo matrimonio en otoño del 2014), su familia, y su Sepúlveda del alma por la que siente auténtica pasión. Educada en los valores familiares de su casa y en los propios que compartió en todo momento con Víctor de forma transversal, con sus suegros (Esther y Quinito), y con Ruth, su cuñada, Raquel es, a día de hoy, una mujer muy joven sobradamente preparada para desempeñar con éxito en la vida cualquier tarea profesional que se la encomiende o que parta de su propia iniciativa personal. Al lado de Víctor, a quien acompañó siempre y en todo lugar por los ruedos de todas las plazas de toros españolas en que actuó el joven MAESTRO (un torerazo increíble, portador de una verdad y pureza artística poco corrientes que estaba llamado a ser un figurón del Toreo), Raquel fue creciendo, lo mismo que Víctor, hasta alcanzar la excelencia profesional como “comunicadora total”, y lo que es más importante: como persona.

Pronto harán tres años desde que Víctor nos dejó aquella tarde del sábado 9 de julio en la plaza de toros de Teruel. Allí estaba a su lado, ¡cómo no!, Raquel. Fue durísimo para ella, para todos; pero Raquel ha demostrado una entereza ejemplarizante, la que Víctor, seguro, hubiera deseado siempre para ella. Por ello, ahora que la alta política la ha reclamado otra vez, no ha dudado en aceptar su destino. Cuando hace unos días el candidato Pablo Casado la confirmó y ratificó en Segovia, a los pies del Acueducto, como número 2 en la lista del PP por Segovia al Congreso de los Diputados de la Carrera de San Jerónimo con un breve discurso tan sincero y real, como cariñoso, me alegré mucho, no solamente por ella, también por Víctor (que estará orgulloso de ella desde el cielo) y por su entorno. Y, desde luego, también me alegré por Sepúlveda, por Segovia y por España.

El tándem, o ticket electoral, formado por Beatriz Escudero y Raquel Sanz, es de altísimo nivel, de auténtico lujo (algo así como tener a Messi y Cristiano juntos en el mismo equipo). Dos mujeres bandera, feministas de verdad sin complejos ni matices y … muy femeninas. La mayor experiencia parlamentaria de Beatriz en el hemiciclo madrileño la vendrá muy bien a Raquel y a buen seguro el apoyo de Beatriz la servirá y ayudará para dar sus primeros pasos en el Congreso. Con la incorporación de Raquel, la buena educación, la tolerancia, el sacrificio y la entrega al servicio de todos los ciudadanos españoles, estarían más que aseguradas. También el respeto (el mismo que algunos no han tenido hacia ella o hacia el propio Víctor) a todos en todos (valga la redundancia) los ámbitos de la acción política democrática. Y es que el verbo “odiar” no lo conjuga la aspirante al Congreso, ni figura en su vocabulario particular, no lo conoce. Ni que decir tiene que la Tauromaquia está de enhorabuena, y nadie mejor que ELLA para defenderla y mostrarla a la sociedad con todos sus argumentos, “enseñándola”, como Víctor siempre demandó.

Como escribió nuestro autor más universal (Miguel de Cervantes) y puso en boca del caballero andante Alonso Quijano (Don Quijote): “La libertad, querido Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. Sí, la LIBERTAD y la UNIDAD de España es lo que está en juego el próximo 28A. Nada más y nada menos… La libertad para elegir nuestro propio destino, nuestra educación y la de nuestros hijos. Y la unidad de todos los españoles en pos de un proyecto común de bienestar sostenible para el conjunto de todos los ciudadanos sin exclusión. Son las máximas que están presentes en el ADN de Raquel Sanz y de la formación política a la que pertenece.

Ya sé que no es nada sencillo hacer pronósticos sobre el resultado de las elecciones generales que tenemos en puertas. Lo dejo para los demoscópicos. Voten ustedes, amigos de El Adelantado, con el corazón y con la cabeza. En conciencia y honor. Con sentido común. Convencidos. Hagánlo por ustedes mismos y por sus hijos, por sus nietos. O por sus padres, hermanos y amigos. No utilicen la urna como chivo expiatorio para “castigar” a unos dando el voto a formaciones políticas inéditas que crean similares, porque no lo son. Sería un ejercicio valdio que solo nos conduciría a la melancolía. Raquel Sanz es un valor sólido, seguro. Un soplo de aire renovado y fresco, tan necesario, para nuestra querida España. Y no la podemos defraudar de ninguna de las maneras.