Artículo de Estrella Martín: El Chiringuito
El Chiringuito:
Cuando comienzan a ponerle, es como una señal mágica que indica que ya están casi aquí las fiestas en Honor a Nuestra Señora la Virgen de la Peña. Su sola presencia va creando un ambiente distinto en el Campo de la Virgen y las sonrisas brotan cuando lo están montando. Poco a poco se hace un hueco que será imprescindible durante estos días de septiembre en los que se mezclan todavía los días cálidos con las noches en las que se siente el relente del río, el olor de los membrillos y los frutos que ya empieza a dar el otoño. Se adivinan en torno a él, momentos que van a ser decisivos para rematar de buena manera el día porque es el lugar es en que se hacen las confidencias bajo el abrazo cálido de los metros de vino. Allí no podrán faltar tampoco las cortezas, los huevos fritos, las tortillas o embutidos para compartir, gracias a la generosidad de los numerosos hermanos y su trabajo que no es sacrificio.
Las horas se alargan en él y siempre hay lugar para el chascarrillo y la frase ocurrente. Siempre hay lugar para compartir charlas de valor incalculable y retomar amistades que se pierden en el tiempo. Quizá esa oscuridad, esas palabras a media luz o esas caras que se adivinan o se intuyen, contribuyen a ese acercamiento entre todos y ese ambiente mágico que es el contrapunto después de la experiencia espiritual de esa salve siempre emotiva y sobrecogedora, que nos eleva por encima de nuestras cabezas. Es un poco aterrizar en la tierra de una forma suave y placentera, paladear el tiempo generoso, que se ha transformado en alimento magistral, y el contacto es necesario con los demás.
Pasada la novena, la fiesta mayor, los remates... se termina ese bullicio a su alrededor y se queda solo. Parece que se resiste a desaparecer durante unos días, como si quisiera retener ese espíritu festivo que ha roto la rutina antes de que venga el frío, como si nadie quisiera desprenderse del abrazo cálido del chiringuito.
Cuando ya solo queda su hueco y se adivinan los momentos vividos en él, sentimos que nos falta algo. Es como un vacío silencioso que no se podrá llenar hasta dentro de casi un año. La espera merecerá la pena pues nos devolverá la sonrisa cuando entremos de nuevo en el campo de la Virgen con aire festivo y nos regalará momento íntimos irrepetibles.
Fuente de la noticia: libro 2019 de las Fiestas en Honor de la Virgen de la Peña.