El Área de Cultura, Juventud y Deportes de la Diputación ha presentado el libro ‘De la cofradía al tanatorio. Cambio y resistencia cultural en tierras de Segovia’, la última publicación de la colección Becas de Investigación de la Diputación; un trabajo en el que el equipo formado por Luis Manuel Usero, José Luis González y Joaquín Pérez ha analizado el cambio de la realidad social en las prácticas funerarias de la provincia.
En la puesta de lago del trabajo, el diputado provincial, José María Bravo, mostró su confianza en que este libro “sirva para normalizar el tema, que deje de ser un tabú y que podamos hablar de la muerte y de sus tradiciones”.
En su condición también de alcalde, Bravo afirmó durante la presentación que “las cofradías han sido muy importantes porque han sido las que se han encargado de hacer esa asistencia social, que muchas veces ha sido más de emergencia social porque las familias no tenían para pagar el enterramiento y otras no había medios para poderlos hacer y la gente del pueblo tenía que involucrarse”. “Es algo muy reciente si echamos la vista atrás 20 ó 25 años, e incluso en algunos pueblos se sigue haciendo y se siguen sorteando las cruces que van delante del sepelio”, subrayaba Bravo antes de presentar a los dos investigadores.
Para ambos, el trabajo, tutorizado por Honorio Velasco, aborda el cambio cultural y la resistencia al cambio cultural, algo que, según Luis Manuel Usero, queda reflejado en un título que sugiere “el proceso de sustitución de las instituciones comunitarias, tradicionales y solidarias por instituciones societarias con ánimo de lucro y, además, algo que se ha puesto muy de moda, el drama de la España vaciada”.
Tal y como explicaba José Luis González, el equipo formado por los tres investigadores procuró, desde un principio, realizar un trabajo de investigación que contara con todos sus elementos; desde una justificación y unas conjeturas, hasta unos resultados y conclusiones, pasando por unos objetivos, un marco teórico y un trabajo de campo. Sobre éste, que, partiendo de las cofradías de Sepúlveda y los ritos funerarios de la villa, se fue extendiendo hasta el análisis de un total de 18 cofradías pertenecientes a 15 núcleos de población de toda la provincia, ambos autores aseguraban haberse sorprendido a lo largo de todo el proceso, habiendo descubierto que, por lo general, “existe una fuerte voluntad de continuidad” en estas organizaciones, tanto por parte de quienes siguen residiendo en las localidades en las que se asientan las cofradías, como por parte de quienes emigraron y regresan periódicamente para participar en fiestas, rituales o procesiones.
Esto queda constatado a lo largo de cerca de 300 páginas, en las que el equipo formado por Usero, González y Pérez ha analizado el número de miembros de estas cofradías, su composición, la capacidad de atracción que tienen para los jóvenes, las variadas formas de ingreso que existen, las fórmulas de elección de sus cargos, las fiestas, el patrimonio, los rituales que conservan y los que han perdido en relación con el rito funerario entre otras cosas. Para su tutor, Honorio Velasco, han conseguido mostrar “hasta qué punto están vigentes estas formas de convivencia tradicionales basadas en la reciprocidad y la ayuda mutua”, algo de lo que no había excesivo testimonio escrito y recopilado en un mismo volumen.
Según indicaba José Luis González, el grupo ha “creído oportuno analizar estas hermandades como organizaciones que forman parte del patrimonio cultural inmaterial, desde el punto de vista de las prácticas sociales”. Por ello, a lo largo de toda la investigación no han olvidado la relación de estas cofradías con el sentimiento identitario -tanto individual como comunitario-, con el ritual, el simbolismo y las implicaciones sensoriales o con el patrimonio material, ya sea en forma de lugares de reunión, vestimentas, imágenes, campanas o libros de distinta índole.